Tsemai


Cuenta una leyenda en el Valle del Omo que, a causa de las relaciones incestuosas mantenidas entre una madre con su hijo y un padre con su hija, un día se apareció Dios y les dijo: «Habéis cometido incesto y seréis castigados». Les envió las enfermedades y la gente comenzó a morir. Pero entonces Dios les dio una nueva oportunidad. Les envió a nueve de sus hijas, que fueron las primeras madres de las nueve tribus Tsemay, y después de eso, la gente se abstuvo de pecar y vivió feliz.

Los Tsemay viven en el Valle del Omo, al oeste del río Weyto. Sus dominios lindan con los de los Konso en el este, Benna y Bashada en el oeste y Arbore en el sur. Sus costumbres y estilos de vida muy similares al de los Banna con los que tienen una estrecha relación que muchas veces se materializa en matrimonios mixtos, siempre en el caso de que una mujer de Tsemay se case con un hombre de Benna, nunca al revés.

Su vida seminómada hace que sus casas sean muy sencillas, chozas de paja y ramas.

Como otros pueblos de esta zona, sus principales fuentes de sustentos son el pastoreo de sus vacas y el cultivo de sorgo y maíz. Destacan por ser unos excelentes productores de miel, cuyos excedentes venden en los mercados locales
Pero hay una costumbre que lo diferencia del resto de los pueblos de la zona, incluso de África, y es que las mujeres Tsemay pueden tener parejas sexuales y perder la virginidad antes del matrimonio. Las relaciones prematrimoniales son lícitas, siempre y cuando no se queden embarazadas. Los hijos quedan reservados para el matrimonio.

Los jóvenes Tsemay que desean casarse deben pasar por las ceremonias de iniciación, destacando entre ellas la prueba del «salto del toro». Si el joven es capaz de saltar sobre cuatro toros sin caerse se convierte en un hombre. A partir de ese momento, el joven llevará en la cabeza una banda de color adornada con plumas que indicará que está buscando una esposa.

Los Tsemay son una sociedad polígama. Los matrimonios son concertados por los padres y no precisan del permiso de los contrayentes. El novio, generalmente ayudado por sus parientes más cercanos, deberá entregar a la familia de la muchacha ganado, y otros artículos como miel, cereales, ropa, granos de café, incluso balas, para obtener la mano de su futura esposa. Los padres del novio serán los encargados de preparar la boda. Al final, los grandes beneficiados del enlace son los padres de la novia, quienes obtienen los réditos por el enlace. Ellos piensan que esto es una forma de compensar las inversiones realizadas en la educación de su hija, además de la pérdida de su trabajo.

Las mujeres Tsemay tradicionalmente visten atuendos de cuero. Falda corta las solteras y larga las mujeres casadas. Sus cabellos los decoran con una mezcla que preparan con mantequilla, agua y arcilla roja.

Los hombres de Tsemay, lucen brazaletes de hierro, extravagantes pendientes y coloridas telas atadas a la cintura. Llama la atención el pequeño taburete de madera que llevan constantemente y que utilizan para sentarse cuando hacen un alto en el camino, o para apoyar la cabeza a modo de almohada cuando duermen.

Los Tsemay, un pueblo de contrastes, donde se concentran en un solo lugar lo mas retrogrado y lo más liberal. Así es África…






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